Pon tu esperanza en el Señor


Eso es lo que hizo el rey David.  El puso su esperanza en el Señor, el espíritu de abatimiento intentaba robar su destino, y él se deprimió y se desalentó mucho durante esos momentos oscuros.  Pero David dijo: Por qué te abates, oh alma mía.  Espera en Dios (Salmo 43.5).

Cuando el abatimiento y la tristeza trate de llegar sobre tí, pon tu esperanza en el Señor.  Mírate en el espejo y dí:  Estoy feliz, Dios ha cambiado mi vida, alégrate, vístete de una nueva actitud.  No vamos a permanecer derribados.  Ponemos nuestra esperanza en el Señor.

Hay muchos abatimientos en éste mundo, muchas noticias negativas.  Si no tienes cuidado, descubrirás que te estas hundiendo.  El espíritu de abatimiento se apoderará de tí, robando tu entusiasmo y tu gozo.

Se que todo está mal en este mundo, pero no te dejes contaminar, la Palabra de Dios nos dice que debemos ponernos manto de alegria en lugar del espíritu angustiado. (Isaias 61:3).

Da gracias a Dios por lo que Él ya ha hecho en ti vida, dale gracias por las victorias del pasado, dale gracias por lo lejos que te ha llevado  dale gracias por las victorias que Él tiene planeadas para tí, gracias por las nuevas puertas que Él te está abriendo, por las situaciones que Él está cambiando, por el favor que Él tiene en tu futuro.  Si haces esto sentirás un nuevo gozo que surge en tu interior, sentiras que tu fe aumenta.  No tenrás una mentalidad de víctima, tendrás una mentalidad de vencedor.

Algo que he aprendido es que no se puede alabar y permanecer derrotado al mismo tiempo, no puedes dar gracias a Dios y permanecer desanimado y desalentado.

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