"Y te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce; y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo para guardarte y para defenderte, dice Jehová." Jeremías 15:20 (RVR19
Dios le habla al profeta Jeremías en medio de una época de rechazo, soledad y oposición. Jeremías había sido fiel, pero aun así enfrentaba la hostilidad de su propio pueblo. En este versículo, el Señor le recuerda que su fortaleza no depende de la aceptación de los demás, sino de la presencia divina que lo sostiene.
Dios no promete una vida sin batallas, pero sí promete que no seremos vencidos. Nos dice: “pelearán contra ti, pero no te vencerán”. ¿Por qué? Porque Él mismo es nuestro guardián y defensor. Ser un “muro fortificado de bronce” implica firmeza, resistencia y estabilidad ante los embates de la vida.
En un mundo donde el rechazo y la oposición pueden desanimarnos, esta promesa nos levanta: Dios está contigo. Él te defiende, te protege y te da la fuerza para permanecer firme. No necesitas temer a lo que otros hagan o digan. Tu identidad, tu misión y tu valor están seguros en las manos del Señor.
Oración:
Señor amado, gracias porque me recuerdas que no estoy solo. Aunque enfrente oposición o momentos difíciles, Tú estás conmigo como un muro que me rodea, como un defensor que nunca me abandona. Ayúdame a confiar más en tu fuerza que en mis circunstancias. Fortaléceme para resistir con fe, y que mi vida sea un testimonio de tu poder protector. En el nombre de Jesús, amén.
0 Comentarios