No seré avergonzado

Muchos de nosotros tenemos a veces temor de que seamos avergonzados, creemos que el Señor las cosas de nuestro pasado que ya le hemos pedido perdón y que Dios las conoce van a ser nuestra verguenza toda la vida.
Debemos aprender a perdonarnos a nosotros mismos, Jesús hizo un sacrificio en la cruz por ti y por mí, si ya el te perdonó, tienes que recibir y aceptar ese perdón de Dios.  El no se acordará más de tus pecados, su palabra dice que Él ya los olvido. pues nosotros también debemos aceptar ese perdón y creer que somos nuevas criaturas, por lo tanto tu pasado no debe influenciar en tu presente y futuro.



No temás que no serás avergonzada Dios no lo va a permitir.  El no te escogió para destruirte, Él te escogió porque quiere que su propósito se cumpla en tí.  Espera en Dios y cree que lo que tiene planeado para tu vida se va a cumplir, apropiate de sus promesas y hazla realidad en tu vida. Ya no tendrás mas memoria de tu pasado y comenzarás una vida diferente que solamente asida de la mano de Dios podrás notar en tí una paz que sobrepasa todo entendimiento, te darás cuenta que tu vida no es la misma.  Recuerda esta palabra y atesorala en tu corazón.

Salmo 25
1 A ti, oh Jehová levantaré mi alma.  
2 Dios mío en tí confio; No sea yo avergonzado, no se alegren de mí mis enemigos.

3 Ciertamente ninguno de cuantos esperan en tí será confundido; Serán avergonzados los que se revelan sin causa.

4 Muestrame oh Jehová tus caminos; Enseñame tus sendas.  
5 Encamíname en tu verdad y enseñame, porque tú eres el Dios de mi salvación; En tí he esperado todo el día.

12 Quien es el hombre que teme a Jehová?  El le enseñará el camino que ha de escoger.
13 Gozará él de bienestar, y su descendencia heredará la tierra.
14 la comunión intima de Jehová es con los que le temen y a ellos hará conocer su pacto.
15 Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque él sacará mis pies de la red.
20 Guarda mi alma y líbrame: No sea yo avergonzado porque en tí confio.

Isaias 54:4
No temas, pues no serás confundida; y no te averguences, porque no serás afrentada, sino que te olvidarás de la verguenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria.



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