EL JUEGO DE LA VIDA


Hace 2 años a uno de mis hijos le regalaron un Diciembre un juego de "Monopoly", durante los fines de semana. Como todo niño con regalo nuevo jugábamos en familia, teníamos de todo en el juego: dinero, casas, hoteles, peajes y hasta parques. Sin embargo aprendí que tarde o temprano llega el tiempo de devolver todas las cosas a la caja, incluyendo todas las propiedades y bienes, hasta gastos de electricidad, agua y cancelación de multas, pero mis hijos no querían que el juego se terminara, ellos querían disfrutar de la emoción de la victoria. En realidad todo lo que ganaba en el juego no hacía parte de mis bienes. No era real, nada me pertenecía. Tuve la oportunidad de jugar, nada más. Mientras dura el juego, puedo pensar que realmente son mis bienes. Pero no lo son, cuando el juego se acaba.

Igualmente muchos buscan alcanzar las cosas del mundo en lugar de Dios. Esto puede ser riquezas, dinero, aspecto físico o poder. Pensamos que estas cosas pueden llenar nuestra vida. Pero en realidad. Pueden sostenernos solamente por un breve momento, la Palabra de Dios dice que la vida es como una neblina. Pero cuando termina el Juego "Nuestra vida", debemos devolver todas las cosas a su dueño, a Aquél que mora en el cielo, porque todas son cosas que "Él nos prestó". Como desde el princicio nunca fué nuestro, debemos devolverlo a la caja.

La Palabra de Dios en el Salmo 73:1-14 (lo puedes leer en este momento) nos habla de la prosperidad de los injustos. Muchas veces observamos que los injustos, que no tienen temor de Dios, les va mejor en la vida. Parece que ellos llegan a ser ricos sin mucho esfuerzo, viven con salud y aun llegán a la muerte si tanto dolor. Hasta pareciera que las calamidades repentinas que les llegan a otros, se apartaran de ellos. Por lo tanto ellos actúan con violencia, injusticia, en su corazón hay maldad y quieren manejar la vida de los demás. Viven como si Dios no existiera.

El problema es que muchos personas aunque aborrecen a estos malos, envidian su prosperidad y anhelan ser como ellos.

Pero el verdadero pueblo de Dios no enfoca su vida en lo superficial, ni enfoca su esperanza en los éxitos de este mundo.

El Salmista confiesa que habiendo estado confundido, casi se desvía del camino, por haber tropezado sintiendo envidia de los impíos (v2-3).

Quiero decirte que las circunstancias en tu vida por duras que sean, no deben gobernar tú corazón. Es por eso que nosotros como hijos de Dios debemos mirar solamente a Dios que está más allá de la realidad visible, y quien es la única verdad, te recuerdo que nuestra vida aquí en la tierra es temporal, nuestra morada es en los cielos, ser Hijo de Dios no te garantiza una vida fácil, sin preocupaciones ni tribulaciones, NO, lo que Dios si te garantiza es que Él ha vencido al mundo, y que Él estará contigo a tu lado siempre.

Tu puedes en estos momentos estar pasando por momentos tristes, situaciones adversas en tu vida, pero nunca olvides que "Mayor es el que está en tí, que el que está en el mundo" y que en este mundo "Todo lo puedes en Cristo que te fortalece".
SALMO 1: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejos de malos, ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia. Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de agua, que dá su fruto en su tiempo y su hoja no cae; Y todo lo que hace prosperará.

DIOS SE MUEVE EN TI EN LA MEDIDA QUE TU LE CREES A ÉL.

Los impíos aparentemente tienen prosperidad en este mundo que es pasajero, pero el final de ellos es perecer. En el Salmo 1 versículo 4, dice: los malos que son como tamo que arrebata el viento, Por lo tanto no se levantarán en el día del Juicio, (v6) Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda delos malos perecerá.

"VALE LA PENA SEGUIR A JESUS"


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